UNIDAD I. EL ESTUDIO DE LA HISTORIA Y SU CONSTRUCCIÓN CIENTÍFICA.


A.- ENCUADRE
B.- OBJETIVOS
C.- CONTENIDO TEMÁTICO
D.- RECAPITULACIÓN DE LA UNIDAD I
E.- ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO
F.- BIBLIOGRAFÍA BASICA

 

 

 

 

 

 

 

ENCUADRE

 

La asignatura de Historia de México esta ubicada en el campo de conocimiento de histórico social, por lo que su antecedente es Introducción a las Ciencias Sociales, en él se desarrollaron contenidos referente a las corrientes y enfoques del pensamiento social, político, cultural y económico, que dan lugar a los acontecimientos de la historia, por lo que en esta Unidad I denominada: el estudio de la historia y su construcción científica, nos permitirá con mayor facilidad a internarnos de manera más sencilla a la transformación que han tenido los pueblos indígenas en América desde el posclásico, hasta nuestros días. Así mismo se hará énfasis al sujeto y objeto histórico social como una forma de ubicación en la historia y sus relaciones con los hechos y fenómenos que se suceden en una sociedad en evolución y desarrollo.

 

Se hace hincapié la discusión que se lleva a efecto entre historiadores sobre la cientificidad de la Historia , caracterizando su objeto de estudio, su metodología, así como, su coherencia y la existencia de valores y principios. Con ello, se pretende proporcionar elementos que lleven a entender que la historia llena los requerimientos de cualquier disciplina.

 

Se conceptualiza a la historia como acontecimiento y conocimiento; se establecen las interrelaciones pertinentes de la temporalidad histórica, dejando establecido, por un lado, que la apertura del pasado es necesaria para encontrar explicaciones a problemas ubicados en el presente, y por otro, que acercarse al futuro significa el posible encuentro con soluciones. Todo ello, le otorga significado y utilidad de la historia.

 

Para finalizar esta unidad se hace una recapitulación en donde se establece la importancia que tiene el estudio de la historia, aterrizando en una actividad de reforzamiento para el estudiante con fines de autoevaluación.


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OBJETIVOS DE LA UNIDAD I

.

GENERAL

 

El estudiante:

 

Utilizará los elementos teórico-metodológicos propios de la Historia , a partir de su aplicación en el análisis de la historia familiar, comunitaria, regional y nacional, asumiendo su responsabilidad como sujeto histórico.

 

 

ESPECÍFICOS:

 

El estudiante :

 

1.1. Explicará las características de los elementos teórico metodológico de la ciencia histórica, a partir de su aplicación en el análisis de la historia familiar comunitaria, regional y nacional.

 

1.2. Describirá las categorías propias de la Historia al emplearlas en la elaboración de sus trabajos de investigación histórica (entrevistas, líneas de tiempo, comparación de etapas, etc.), así como en el análisis de los procesos sociales.

 

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1. EL ESTUDIO DE LA HISTORIA Y SU CONSTRUCCIÓN CIENTÍFICA. 

1.1. Aspectos teórico metodológicos de la ciencia de la Historia .

1.1.1. El carácter polisémico del concepto de historia.

1.1.2. Utilidad de la historia.

• Formas de hacer historia.

1.1.3. La historia como realidad y como conocimiento.

• La escritura y reescritura de la historia.

• Fuentes de la historia.

1.1.4. Periodos de la Historia.

1.1.5. El sujeto histórico.

1.1.6. Diversidad del objeto histórico.

• La subjetividad y objetividad histórica.

• Historia universal, nacional, regional y local.

•  Historia cultural, económica, política, demográfica, de la vida cotidiana, oral, etc.

1.2. Categorías auxiliares en el estudio de la Historia.

1.2.1. Temporalidad. Larga, media y corta duración. Continuidad y cambio, etc.

1.2.3. Espacialidad.

1.2.4. ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO

 

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1. EL ESTUDIO DE LA HISTORIA Y SU CONSTRUCCIÓN CIENTÍFICA.

 

1.1. Aspectos teórico metodológicos de la ciencia de la Historia .

Se entiende por historia los acontecimientos sucedidos en las sociedades a través del tiempo, la misma palabra designa también a la disciplina que los estudia. En esta forma hay una historia-acontecer y una historia-interpretación llamada también historiografía.

Con el objeto de acercarnos a una definición de historia en el sentido de interpretación, de disciplina, conviene establecer ciertos criterios:

 

a.- La historia estudia el movimiento a través del tiempo, abarcando así la tríada: pasado, presente, futuro.

b.- El objeto primario de la historia es el hombre. Esto es, la historia es esencialmente de seres humanos y sobre seres humanos.

c.- El hombre se define como tal solamente en sociedad. Por lo tanto la historia se enfoca al estudio de las sociedades, no de los hombres aislados, incluso en el caso de las grandes personalidades, héroes o grandes hombres. A la famosa frase de Aristóteles "El hombre es un animal político", le agregaríamos nosotros la palabra histórico".

d.- Si hablamos de la historia como ciencia -aún en formación, según Pierre Vilar, debemos aclarar que no se trata de las tradicionales formas de historia, como crónicas o narraciones.

Hablamos de una historia-problema, o más bien de una historia que problematiza los fenómenos para estudiarlos científicamente.

La conquista del estatus científico por parte de la historia no es un hecho reciente, sino el penoso y largo proceso que se inicia con los griegos, se continúa con el cristianismo y llega hasta nuestros días, pasando por varias etapas importantes, que significaron aportaciones fundamentales y acumulativas. Así, la obra de San Agustín, los pensadores renacentistas.

 

VICO VOLTAIRE MONTESQUIEU HEGEL COMTE

 

La Ciencia Nueva de Vico, los planteamientos de Voltaire y Montesquieu, de Hegel y la corriente histórica alemana, el positivismo de Comte y el materialismo histórico, así como desde 1929 la escuela de los "Anales de Historia Económica y Social".

 

Se ha llegado así a la ciencia histórica como una disciplina social, con su objeto de estudio, su terminología sistematización y sus propios métodos, aún inacabada.

PIERRE VILAR

 

El objeto de estudio de la historia es la dinámica de las sociedades humanas. La materia histórica, nos dice Pierre Vilar, la constituyen los tipos de hechos que es necesario estudiar para poder dominar científicamente este objeto. Vilar los clasifica en tres grupos:

 

1. Hechos de masas.

Masa de los hombres (demografía); masa de los bienes (economía), masa de los pensamientos y de las creencias (fenómenos de "mentalidades" y fenómenos de "opinión").

 

2. Hechos institucionales .

Son más superficiales, pero también más rígidos, que tienden a fijar las relaciones humanas dentro de los marcos existentes: derecho, constituciones políticas o tratados internacionales. Se trata de hechos importantes pero no eternos, sometidos al desgaste y al ataque de las contradicciones sociales internas.

 

3. Acontecimientos .

Tales son la aparición y desaparición de personajes, de grupos (económicos, políticos), que toman medidas, desencadenan acciones, movimientos de opinión, que ocasionan "hechos precisos: modificaciones de los gobiernos, la diplomacia, cambios pacíficos o violentos, profundos o superficiales.

 

La historia científica no puede ser un simple retablo de las instituciones ni tampoco un simple relato de los acontecimientos. Sin embargo, no se puede desatender de estos hechos que vinculan la vida cotidiana de los hombres comunes y corrientes a los cambios de las sociedades a las que pertenecen.

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1.1.1. Carácter Pólicemico del concepto de Historia

Detrás de cada narración o interpretación histórica subyace una concepción de la sociedad, ya sea para justificarla o para contradecir la famosa neutralidad ideológica es un recurso de ciertas tendencias teóricas. La verdad es que el historiador, como persona inmersa en la realidad social, no puede abstraerse de sus ideas, intereses y concepciones del mundo ni de la sociedad a la que pertenece.

 

Carlos Pereyra establece que la función teórica de la historia (esto es, explicar el movimiento anterior de la sociedad) y su función social (organizar el pasado en función de los requerimientos del presente) son complementarias: el saber intelectual recibe sus estímulos más profundos de la matriz social en permanente ebullición y, a la vez, los conocimientos producidos en la investigación histórica están en la base de las soluciones que se procuran en cada coyuntura.

La historia es importante pues es una forma de responder a las preguntas sobre el pasado, y sobre todo, acerca del presente, Aunque poco se habla de este hecho, no cabe duda que es de fundamental importancia, y es que la historia es también una justificadora del orden social, dependiendo como se maneja o interpreta.

 

Adolfo Gilly dice "La historia, cuyo objeto privilegiado es la descripción y conocimiento de esas relaciones (sociales) y de sus trasformaciones, puede adoptar frente a ellas dos actitudes que no les son permitidas a las ciencias naturales frente a su objeto: justificarlas explicándolas como inmutables y naturales, o criticarlas explicándola como cambiantes y transitorias.

Estas posiciones teóricas responden a una cualidad social, a grupos o clases determinados. Es decir, la primera actitud parte de quien tiene interés en conservar las actuales relaciones sociales (o, en otras palabras, las actuales relaciones de fuerza dentro de la sociedad); la segunda, de quien pretende transformarlas. Las diversas historias pues, como es sabido, de diversos intereses sociales, uno conservador de las relaciones de fuerza y de poder existentes (aunque pueda ser crítico de las del pasado, presentadas entonces como mero tránsito hacia el orden de cosas existente), otro crítico de los poderes establecidos (crítico, entonces, también hacia el pasado y crítico hacia sí mismo y hacia el porvenir...)

 

Para el historiador Joseph Fontana cualquier visión global de la historia constituye: a) una genealogía del presente; b) una determinada "economía política"; c) un proyecto social orientado hacia el futuro. Vamos a explicar esta tesis con más detalle.

En las interpretaciones históricas, dice Fontana, el historiador selecciona y ordena los hechos del pasado de forma que conduzcan en su secuencia hasta dar cuenta de la configuración del presente, casi siempre con el fin, consciente o no, de justificarla. El historiador nos muestra una sucesión ordenada de acontecimientos que desembocan, de manera "natural", en el presente. Un ejemplo sacado de nuestra realidad histórica y política, la tesis de que los gobiernos actuales son, como dicen los gobernantes, "emanados de la revolución", es decir, de una revolución que culminó prácticamente en 1917. Así, se hace la interpretación de que la revolución de 1910-17 desembocó en la situación histórica actual, de hecho, se hace ver -implícita o explícitamente- que fue la mejor consecuencia, lo cual, por lo menos es discutible, toda vez que los líderes auténticos populares fueron asesinados.

"La descripción del presente -producto obligado de la evolución histórica- se complementa con los que llamo, genéricamente, una economía política, esto es: una explicación del sistema de relaciones que existen entre los hombres, que sirve para justificarlas y racionalizarlas. Cada etapa de la evolución social, cada sistematización de la desigualdad y la explotación, ha tenido su propia economía política, su racionalización del orden establecido, y la ha asentado en una visión histórica adecuada.

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1.1.2. Utilidad de la historia.

El campo de estudio de la historia tiene varias acepciones en relación con la interpretación de los hechos históricos. Se entiende como un conocimiento de los hechos del pasado hasta nuestra época (visión lineal de la historia). Conjunto de hechos que relatan los historiadores (concepción historiográfica y cronológica). También se le menciona como fábula o relato de una o varias personas que pasa de generación en generación no siendo una fuente confiable, pues se pueden agrandar o disminuir los hechos históricos. Esta concepción pertenece a los hechos cotidianos que son mediados por el conocimiento común.

La necesidad de reconstruir el pasado, hace que el hombre comience a transmitir los hechos oralmente, después, cuando tiene la oportunidad de hacer uso de la imprenta, se socializa el conocimiento y puede llegar a mayor número de personas. Esto lo hace porque desde aquellos años como ahora, al hombre le han inquietado las siguientes preguntas:

 

- ¿Quién soy?

- ¿De dónde vengo?

- ¿Adónde voy?

 

Así, alcanza niveles de cierta precisión y objetividad, pero controlada por aquellos que tienen el poder político y el control económico (príncipes, sacerdotes, magos, etc.). Durante el Renacimiento se alcanza la unificación de las culturas, porque se vuelve a los patrones grecolatinos. Hay unificación de sentimientos, culturas, a través de los avances científicos y la extensión del comercio. Los grandes inventos de finales del siglo XVIII y XIX hacen que la investigación histórica cobre gran importancia. Podemos citar autores de la calidad de Ranke, Momm, Sen, Comte, Marx. Aparecen los tratados sobre historia, cultura y otros aspectos de Toynbee y Marc Bloch.

En un sentido amplio, la historia se fundamenta en la siguiente definición: El estudio de los hechos que se desarrollan en el tiempo y que han tenido impacto en un momento determinado. Estas son las bases teóricas para determinar su campo de estudio.

PRINCIPIO. Los principios de la historia pueden resumirse de la siguiente manera:

Tiene un carácter dinámico.

  1. Estudia los hechos que tienen impacto social en un extenso grupo social.
  2. Estudia e interpreta los hechos sociales (instituciones, creencias, lenguaje, etc.). Plantea la oposición entre lo objetivo y lo subjetivo.
  3. Estudia los hombres que han ejercido acciones sobre la sociedad.
  4. Analiza y revisa hechos sociales, políticos, físicos, fisiológicos que hayan ejercido impacto social importante. Por ejemplo, la peste negra, la derrota napoleónica, la Revolución francesa, la Independencia , la Revolución mexicana, etc.
  5. Plantea las interrelaciones correspondientes con otras ciencias.

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1.1.3. La historia como realidad y como conocimiento.

• La escritura y reescritura de la historia.

• Fuentes de la historia.

 

Fuente es todo documento, obra o material que sirve de información a un investigador.

Ahora bien, las fuentes de la historia se pueden catalogar como sigue:

1. La tradición. Consiste en la transmisión de los hechos que se realizan de generación en generación, de padres a hijos.

 

2. La escritura. Concede una mayor importancia al hecho individual que al colectivo, no obstante, cuando se analizan las causas y los efectos de los hechos, no se trata precisamente de historia sino de historiografía.

3. La leyenda. El investigador debe separar el fondo real que invariablemente poseen las leyendas.

 

4. La lingüística. Esta disciplina puede aportar conocimientos sobre la geografía de un pueblo; de ahí que dé lugar a la denominada geografía histórica.

 

5. Dichos, refranes o proverbios. Nos permiten conocer las costumbres y en consecuencia, los caracteres de determinado grupo.

 


6. Tumbas, monumentos y utensilios en general. Son asimismo de gran relevancia para el investigador, puesto que le permiten seguir los rastros dejados por el hombre.

MÉTODOS. Entre los métodos que estudia la historia para hacer sus análisis podemos mencionar:

 


1. La heurística. Es la investigación de tipo documental en que el historiador deberá buscar fuentes de primera mano, así como discriminar e inferir la información de tipo objetivo. Si es capaz de seleccionar la información en forma precisa, podrá evitar todos los errores que se planteen en un proceso de selección de información.

 

Por esta razón es importante ir directamente a las fuentes originales o también llamadas de primera mano.

2. La crítica histórica . Es un punto de referencia básico para el historiador, de toda información recopilada. Tendrá que establecer métodos y procedimientos que permitan determinar si la información es válida o no (fuentes documentales, de primera mano, inferencias, extrapolaciones, constataciones).

Es importante determinar si los documentos base de análisis son auténticos o falsos (apócrifos): también es importante determinar quién los escribió, qué palabras faltan, cuándo se escribieron. Etc. Para ello es necesario recurrir a l a construcción histórica que trata de hacer un análisis crítico de los documentos obtenidos, y después de confrontarlos se pretende describir el pasado a partir de esta recuperación y reconstrucción de datos que han motivado un proceso reflexivo.

La historia, no es solamente el explicarla cronológicamente. Lo más importante es el análisis de los hechos, de los fenómenos y también el observar que cada situación no se presenta en forma aislada, sino que responde a un conjunto de antecedentes, así como también el hecho de que probablemente ejercerán una serie de influencias posteriores. La historia debe auxiliarse de otras disciplinas para poder establecer sus leyes generales a partir del análisis: por ejemplo, la sociología también propicia análisis específicos para que a partir de inducciones válidas puedan establecerse las leyes.

CLASIFICACIÓN. La historia se clasifica como una ciencia social y como toda ciencia social tiene múltiples correlaciones con las demás ciencias.

INTERRELACIÓN DE LA HISTORIA CON OTRAS CIENCIAS. La historia se interrelaciona fundamentalmente con la sociología, la antropología, la geografía, la lingüística, la política, el derecho, la arqueología, la educación.

 

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1.1.4 Periodos de la historia.

Para responder a esta interrogativa es importante que el educando haga una reflexión respecto a su importancia y su utilidad, para llegar a la conclusión de que la historia no es ajena a su desarrollo como ser social.

En el pasado encontramos el origen de nuestro ser y el orgullo de ser mexicanos. Por lo anterior, conviene destacar que la historia es útil porque:

 

a.-  Sirve de experiencia porque las nuevas generaciones, conscientes de los aciertos y errores de los protagonistas de los hechos históricos ocurridos en el pasado, pueden planear mejor futuro.

b.-  Contribuye a formar la conciencia nacional o colectiva.

c.-  Coadyuva a la educación a través del vigor de la investigación y las exigencias críticas.

d.-  Aporta elementos de peso para determinar las tendencias y caracteres bien establecidos.

 

Para enriquecer más aún la información relativa al porqué de la historia, a continuación haremos una breve reseña de la historia de la historia; de ahí que comencemos por señalar que Cicerón llamó a Herodoto el padre de la historia. No obstante esa paternidad es un tanto relativa y discutible, si consideramos al hombre del paleolítico superior; al pintar magistralmente escenas de los animales que cazaba en las cuevas donde habitaba, nos da una muestra de que no quiere pasar inadvertido y deja constancia de su capacidad. Ejemplo de ello lo encontramos en las cuevas de Altamira (España) y en las de Lascaux (Francia). De ahí que la historia implique hoy toda la existencia del género humano, es decir, desde el momento en que aparece sobre la tierra hasta el presente.

A través de las pinturas rupestres podemos percatarnos de que el hombre prehistórico, además de plasmar su historia en las cavernas, realizaba un acto mágico a fin de hacer posible la cacería, creando arte paralelamente.

Ya para el siglo XXV a. C. Se escribe en tablillas, con un sistema de escritura denominado cuneiforme, la historia de Gilgamesh, dejando para la posteridad un relato con múltiples interpolaciones míticas, hace poco más de mil años.

El personaje referido que era hijo del demonio Lilla y de la diosa Ninsun, sacerdotisa de Shamash, dios del Sol, era dictador de su pueblo. Ha de enfrentarse a Enkidu, pastor que simboliza la fuerza bruta, humanizado por el amor de Hieródula, la ramera sagrada. No obstante, se hacen amigos y juntos recorren vastas regiones. Al morir Enkidu, Gilgamesh, transido de pena, lo busca desesperadamente.

Ahora bien, aun cuando Gilgamesh es obviamente una leyenda, ésta también implica múltiples elementos históricos, ya que el protagonista se identifica plenamente con el tercer rey de la segunda dinastía que gobernó la ciudad de Uruk. Además, gran parte de las regiones descritas en la leyenda se identifican con relativa precisión.

Los relatos indígenas americanos implican una mezcla parecida de elementos fantásticos e históricos pero hoy, gracias a la investigación, sabemos que muchos de estos elementos son definitivamente históricos. Así, el relato de Quetzalcóatl, señor de Tollan, recogido por Sahún fue considerado originalmente solo como una obra poética pero a través de las excavaciones llevadas a cabo en Tula sabemos que este personaje existió en realidad; se ha comprobado que un grupo de tribus chichimecas que llegaron al Valle de México, tal vez procedentes del noroeste de México, de Tuitlán, nombre la ciudad zacatecana conocida como la Quemada o Chicomóztoc viajaron desde esas tierras al mando de Mixcóatl ("Culebra de Nubes"), más tarde divinizado. Los invasores dominaron a los otomíes, logrando conquistar asimismo una serie de pueblos del norte del valle de México. Posteriormente el caudillo se dirigió hacia el sur donde construyó entonces Culhuacán, la primera capital tolteca. Mixcóatl anexó a sus dominios las tierras que hoy integran el estado de Morelos, así como Toluca y Teotlalpan.

Durante sus correrías, relata Sahún, se encontró con una mujer de otra tribu, cuyo nombre era Chimalma, que significa ("La que porta escudo"), es decir, "Mujer -Guerrero". Habiéndose prendado de ella, la hizo suya y quedó preñada. Durante el embarazo de Chimalma. Mixcóatl fue asesinado dado que en sus correrías se creó numerosos enemigos y al parecer uno de ellos se encargó de darle muerte antes de que su hijo naciera, razón por la cual Ihuitimal usurpó el trono de Mixcóatl.

Chimalma se refugió con sus padres en Tepoztlán, población que se localiza en el hoy estado de Morelos, de donde eran originarios. Chimalma murió al dar a luz a Topiltzin, por lo que fue consagrada como una de las deidades del poniente.

El niño recibió una educación esmerada de sus abuelos en Tepoztlán, donde se mantenía el culto al dios Quetzalcóatl. Por lo anterior Topiltzin adoptó el culto de esta deidad e inclusive se convirtió en sumo sacerdote de la misma, por lo que adoptó también su nombre: Quetzalcóatl, que significa ("Serpiente Preciosa o Emplumada").

Ahora bien, es posible caer en la fantasía mítica de Huitzilopochtli que ordenó a su pueblo que buscara un lugar donde un águila posada sobre un nopal y devorando a una serpiente y que allí construyeran una ciudad para establecerse. Sin embargo, esa fantasía permitió rastrear la ruta del peregrinar histórico de los aztecas, al aprovechar múltiples datos de sus leyendas.

Por otra parte, conviene destacar que Schliemann hizo en Troya importantes descubrimientos de contenido histórico, los cuales están estrechamente vinculados con la Iliada de Homero; la veracidad de los hechos, mezclados con elementos míticos de gran belleza, se ha podido confirmar a través de otros medios.

 

La Biblia también contiene valiosas informaciones, pues desde el IV milenio a. C. En los estados nacientes se había establecido la costumbre de anotar los grandes acontecimientos para la posteridad. Precisamente a este grupo de escritos corresponde una parte de la Biblia denominada Crónicas.

 

Las crónicas son narraciones de hechos destacados como las glorias de reyes y sacerdotes, basadas en sus actos de gobierno, conquistas militares, la grandeza de una ciudad apoyada en la traza de la ciudad, con sus edificios, templos, pirámides, etc.

 

Herodoto (hacia 481- 420 a .C.) da un nuevo enfoque al relato del pasado y por primera vez se escribe historia propiamente dicha; su estilo narrativo es agradable y variado, con gran número de anécdotas y leyendas que recogió a su paso por los lugares que visitó.

Como hijo de su época, acepta lo maravilloso sin discusión, lo cual le quita el rigor que debe tener el historiador. En su obra literaria narra la lucha de los griegos contra los bárbaros, así como las guerras médicas y el triunfo de los griegos contra la dominación asiática.

Herodoto nació en Jonia en la ciudad de Halicarnaso; vivió durante la lucha de los griegos contra los persas, siendo su más importante reseñador, por él conocemos gran parte de la historia de Grecia en esta época, ya que fue un incansable viajero; no sólo conoció toda Grecia sino también Egipto, Libia, Fenicia, Asiria, Persia y en cada uno de esos lugares fue un magnífico observador, considerando datos para su obra histórica que posteriormente se ha dividido en nueve libros, a cada uno de los cuales se le tituló con el nombre de una musa: Clío, Euterpe, Talía Melpómene, Terpsícore, Erato, Rodimnía, Urania y Caliope.

De retorno a la ciudad de Atenas, Herodoto ordenó los materiales escribiendo su gran obra Historia en su dialecto, el jonio; finaliza su obra en Turio Sicilia, donde murió en el año 420 a .C.

 

La Edad Media concibe la histiografía desde un punto culminante en el nacimiento del Hijo del Hombre y concluiría en el juicio final.

Entre los siglos XV y XVI sobreviene un resurgimiento de la cultura clásica grecorromana, el cual se conoce como Renacimiento. La historia se da a la tarea de indagar el papel del hombre en los acontecimientos, otra característica del Renacimiento es su racionalismo, pues ya no considera la fe como fuente única o principal de su pasado sino que observa, comprueba y critica lo que ocurrió, así como los conocimientos. Esto lo aplica en la historia, ya que en este periodo aparecen los métodos modernos de crítica y análisis que hoy se toman en consideración en toda investigación seria.

 

Poco a poco se van incorporando más elementos científicos en la consideración histórica, de manera que la interpretación histórica del siglo XVIII contempla al individuo como el factor decisivo en el devenir desligándolo de las fuerzas sobrenaturales.

El siglo XIX incorpora un nuevo elemento, ya que la historia se torna autoconsciente, es decir, el historiador se percata de la importancia que tiene la selección de sus temas en la evaluación y crítica de los materiales que es menester utilizar en toda su concepción; de ahí que la historia establezca una premisa de gran relevancia para superar la apreciación de carácter subjetivo y darle un enfoque objetivo, científico. Además, se lleva a cabo una separación entre las diversas disciplinas del conocimiento humano. Las “ciencias puras” deprecian a las “ciencias prácticas” por utilitarias, éstas, por su parte, quieren relegar a aquéllas por inútiles.

A pesar de lo anterior, suele suceder que estas tendencias predominantes impliquen lo opuesto, puesto que las ciencias naturales generan interpretaciones históricas nuevas. Lo anterior se pone de manifiesto en la evolución biológica y trae dos consecuencias fundamentales.

Se descarta la idea de que el hombre no cambia su estructura física, al demostrar que el ser humano es el resultado de una larga evolución biológica, la cual no ha concluido aún.

 

  1. Muchos pensadores aplican a la vida de los humanos lo descubierto respecto a otros seres; por ejemplo, el principio de la supervivencia del más apto y de la selección natural, aun sin haber tomado previamente en consideración las características de la especie humana. Paralelamente a la consideración científica se consideran otras interpretaciones seudocientíficas, como las raciales.

En la segunda mitad del siglo XIX aparece la concepción marxista, que proyecta una imagen unitaria y dialéctica del universo, al considerar que cuando existe está regido por leyes conocidas o que aún no se conocen, generales unas y referidas a sectores parciales otras.

Uno de los campos de estudio de mayor relevancia de esta teoría es justamente la historia, cuya interpretación marxista (el materialismo histórico) presenta una imagen simple y compleja a la vez. Simple por lo que respecta a sus consideraciones generales, de movimiento dialéctico, de interrelación de todos los fenómenos y compleja, puesto que observa en formas detalladas cada hecho concreto.

El siglo XX contempla diversas maneras de escribir la historia. Freud y otros pensadores le dan un gran impulso a los estudios sicológicos; asimismo incitan a una interpretación mediante el examen de las reacciones instintivas y emocionales, tanto individuales como colectivas.

Conviene destacar que en este siglo la sociología, a través de un examen un tanto detallada, apoya gran cantidad de conocimientos e interpretaciones a la investigación histórica.

En la etapa que estamos viviendo, podemos percatarnos de que el historiador actual es mucho menos anecdótico y arbitrario que el de antaño; opta por indagar las leyes del desarrollo y cuenta con más material para comprobarlas o, en su defecto, desecha las que considera como interpretaciones equivocadas.

El resumen, la historia de la Antigüedad ata los acontecimientos ocurridos en el transcurso del tiempo a grupos humanos, regidos por el destino o por los dioses; asimismo en determinados casos concede gran importancia a los hombres célebres.

Durante la Edad Media , predomina el aspecto religioso pues las comunidades aparecen gobernadas por Dios, mediante los grandes personajes elegidos por él.

El Renacimiento, con base en la ilustración y el Liberalismo, le dan una mayor importancia al individuo.

Para concluir, hoy día, la consideración histórica establece una interrelación del individuo y de la sociedad; de ahí que las diversas escuelas de nuestros días contemplen varias formas de esta interrelación.

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1.1.5. El sujeto histórico.

El sujeto histórico es un concepto que define a un ente social que es capaz de transformar su realidad y con ello generar historia.

Significa comprender como sujetos de la historia a todos aquellos que vivieron en ella incluyendo mujeres, minorías, grupos sociales, elites, gente común como todos nosotros, las grandes personalidades que han sobresalido individualmente, y aún, en ocasiones no el individuo sino las instituciones. Los individuos y las sociedades realizan diferentes funciones de acuerdo a la situación y a las condiciones de un momento determinado, por lo que es necesario identificar quién o qué realiza el papel de protagonista y señalarlo para que el joven lo comprenda .

La sociedad es el conjunto de personas que comparten fines, preocupaciones y costumbres, y que interactúan entre sí constituyendo una comunidad.

También es una entidad poblacional o hábitat, que considera los habitantes y su entorno, todo ello interrelacionado con un proyecto común, que les da una identidad de pertenencia. Asimismo el término connota un grupo con lazos económicos, ideológicos y políticos y supera al concepto de nación-estado, sería la sociedad occidental como una sociedad de naciones, etc. Todas estas sociedades son el objeto de estudio de las ciencias sociales, en especial de la sociología, antropología, ecología, etc.

Estas distintas agrupaciones no pueden ser concepciones abstractas, tienen que tener una representación en un medio, generalmente el territorio, y un alto grado de acción social conjunta, en otro caso no puede ser objeto de una metodología con métodos sociológicos para su análisis y serían parte del conocimiento filosófico, teológico y otros saberes no empíricos. Además de los habitantes, el entorno y el proyecto societario, pueden incorporarse otras categorías a la definición de sociedad según la especialidad del proyecto o de su grado de desarrollo, esto será la tecnología alcanzada en los medios de producción, desde una sociedad primitiva con simple tecnología especializada de cazadores -muy pocos artefactos-, hasta una sociedad moderna con compleja tecnología -muchísimos artefactos-, prácticamente en todas las especialidades.

Estos estadios de civilización incluirán el estilo de vida y su nivel de calidad, que asimismo será sencillo y de baja calidad comparativa en la sociedad primitiva y complejo o sofisticado con alta calidad comparativamente en la sociedad industrial. La calidad de vida comparativamente es controversial pues tiene aspectos subjetivos en los términos de como es percibida por los sujetos. No podemos saber cuan desgraciados se sentían los trogloditas por no disponer de televisión.

También se denomina sociedad o asociación a la agrupación de personas para la realización de actividades privadas, generalmente comerciales. A sus miembros se les denomina socios .

Obtenido de " http://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad "

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1.1.6.  Diversidad del objeto histórico.

El objeto de la historia como ciencia ha evolucionado en el transcurso de los años, lo que es reflejo de su enriquecimiento teórico y metodológico, pero esto no ha significado que exista un acuerdo total entre los que se dedican a su investigación y de manera particular su impacto en la enseñanza de la asignatura.

Por encima de los distintos enfoques los hombres deben ser entendidos dentro del marco de sociedades y nunca como entes individuales.

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• La subjetividad y objetividad histórica.

 

Muchos historiadores piensan que la objetividad en Historia es imposible. Por ello, el historiador debe reconocer el carácter histórico de todos los valores y no reclamar una objetividad que no poseen las ciencias experimentales. Al mismo tiempo no debe enjuiciar los acontecimientos ni a los personajes.

La historia a lo largo del tiempo ha sido explorada ideológicamente y este es el principal obstáculo para consolidarla como ciencia. Es por ello que se habla de una doble función de la historia donde el hombre comprende la sociedad del pasado e incrementa el dominio de ella en el presente.

Su función social es entonces organizar el pasado en función del presente al no juzgar y comprender para poder hacer la historia. Aunque no se debe confundir los motivos ideológicos o políticos de la investigación o de su utilización y su valor crítico.

Para sacar provecho del discurso histórico, los historiadores construyeron sus propias reglas donde suponen que los sucesos son repetitivos y por lo tanto estudiando el pasado las situaciones del presente son más fáciles de manejar, sin embargo, como la validez es independiente de quien hace el relato se habla del concepto de utilidad como indiferente al de legitimidad. La utilidad del discurso histórico no desvirtúa su legitimidad, es cierto, pero esta no solo se reduce a aquella (Pereira).

Carr, como positivista, pensaba que para tener una historia realmente objetiva loa hechos históricos debían ser los mismos para todos los historiadores ya que debían ser objetivos y neutrales en su narración y descripción para poder tener resultados legítimos.

Diversos trabajos proponían también que la labor de la historia es sintetizar y hacer una hipótesis sobre los datos que se recolectaron para crear una totalidad y así hacer una reconstrucción objetiva, de no hacerlo habría un relativismo, entonces, cada historiador tendría su propia verdad.

La historia, durante mucho tiempo, fue considerada como almacén donde se conserva la memoria social para guardar sucesos importantes de la sociedad, política, economía, religión, etc., como un conjunto de hechos que sirven de ejemplo.

La historia su vez tiene dos intereses que cuentan con calidad y dirección diferentes: objetividad y subjetividad.

Ya que la historia es considerada como ciencia, se espera que tenga cierto grado de objetividad. Es por ello que al hablar de objetividad de la historia se pretende que los sucesos de la sociedad humana cuenten con ella.

Se habla a su vez de una subjetividad, la cual se deriva o divide en dos: la buena y la mala. La buena subjetividad de la historia es la que pretende ayudar al hacedor y lector de la historia a construir una subjetividad de alto rango que se adecue a la objetividad que le conviene a la historia. Se espera, entonces, que el historiador reflexione su objetividad y al hacer su trabajo no lo afecte a él sino al lector de su historia.

Como la historia es resultado de la manipulación del pasado por las sociedades tradicionales, un historiador tiene que seguir ciertas etapas para la construir su objetividad: observación histórica, crítica, análisis histórico.

Marc Bloc hablaba de observación como la forma más viable para acercarse al pasado. Simiand por su parte pensaba que el observar era tener conocimiento del pasado por las huellas que habían dejado plasmadas en documentos y no a observar literalmente, ya que una reproducción de suceso o sucesos por medio de documentos es una forma de hacer objetividad.

Es así como los acontecimientos del pasado se vuelven hechos históricos.

La ciencia al irse construyendo crea hechos científicos. La objetividad es una actividad metódica conocida como crítica.

La objetividad resulta de revivir hechos para formar la inteligencia histórica, sin tratar de explicar, se debe reconocer para comprender. Analizando y sintetizando se explica, es por ello, que el que pretende ser objetivo intenta recomponer y reconstruir acontecimientos retrospectivamente hasta encontrar las relaciones entre fenómenos que le ayuden a comprender los vínculos dejando así el simple análisis.

Kant hablaba de un esfuerzo integral cada vez más complejo pero no inmediato esto es porque a nivel mediato se puede ordenar para reconstruir.

La historia por ultimo es resultado de una elección por parte de quien la construye en un esfuerzo por hacer una ciencia de la sociedad humana.

La historia no es solo menester de los historiadores. Los filósofos por su parte manifiestan la necesidad de que la historia de los historiadores sea recuperada por ellos y al tener dos maneras diferentes de hacerla se pueda distinguir la subjetividad. Entonces, la reflexión filosófica tiene como misión separar la buena de la mala objetividad, reflexionando en el objeto de la historia: el ser humano.

 

Características de la construcción de la objetividad

La historia se basa en la manipulación del pasado por las sociedades tradicionales y el oficio del historiador es cumplir con ciertas etapas: observación histórica crítica, y análisis históricos.

El historiador, por ello, tiene que reflexionar buscando la subjetividad en sus obras, su problema es hacer de una objetividad incompleta una objetividad histórica.

El historiador debe elegir la racionalidad de la historia y eso implica elección en su propio trabajo. Debe de tener el juicio de importancia, y elegir los sucesos importantes y los factores. Es el trabajo del historiador el que retiene, analiza y relaciona los sucesos importantes, entonces, la subjetividad del historiador crea el juicio de importancia, la continuidad y la racionalidad de la historia basándose en su propio juicio de importancia.

Carr escribió acerca de la labor del historiador, la selección mediante la cual crea los hechos históricos de manera objetiva y sin interpretarla, aunque esto es totalmente falso. Cualquier dato se vuelve histórico si el historiador le da ese valor.

La historia es causal. Entre esas causalidades está la motivación psicológica. Esta causalidad en el historiador es a menudo ingenua, precrítica y oscilante entre el determinismo y la probabilidad; La historia utiliza varios esquemas de explicación sin meditar las condiciones que no son más que influencias, facilitaciones, etc.

Otra característica de la objetividad incompleta es la distancia histórica, donde el historiador no se puede desprender de la naturaleza del tiempo. La época que está estudiando es para él el presente de referencia, el centro de su perspectiva temporal y hay un futuro en ese presente(perspectivas críticas).

El tipo de objetividad hace posible la transposición a otro presente como una imaginación una especie de subjetividad.

Los historiadores pretenden explicar y comprender el hombre, reconstruyendo lo vivido por ellos, por las relaciones causales e imponiendo la tarea de comprensión integral. Al hacer historia se transfiere a otro presente y como paso final analiza y razona lo que resulta.

La subjetividad del historiador se hace presente en su labor cuando para construir su historia completa el presente con su imaginación, así cada historiador es una parte de la historia, con su neutralidad y creencias. Los hombres pertenecen a la historia. Es así como la subjetividad dentro de la objetividad existen en la historia y en el historiador, pero se está hablando de una buena subjetividad, una subjetividad científica.

El objeto científico de la historia es la objetividad, esto como resultado de separar la buena de la mala subjetividad. Entonces, para construir la objetividad se da una labor ética. Como consecuencia de esto, tenemos varias opciones diferentes en la historia de la psicología.

No existe una sola historia que sea la buena en psicología. En México como en todo el mundo, la historiografía de la psicología es una combinación de orientaciones historiográficas. Las diferentes historias muestran que existen luchas ideológicas y sociales.

Definitivamente la construcción de la objetividad es necesaria para el hombre. La historia es vital para la humanidad y al estudiarla se le da un valor al pasado que nos ayude a comprender y a situarnos en el presente.

La historia bajo diferentes ideologías dificulta la realización de la ciencia. Es cuando se debe pensar que no hay una sola historia, la buena sino que cada historiador o filósofo tiene que construirla a partir de la separación de la buena y la mala subjetividad. Entonces su buena subjetividad se adecuará a la objetividad para poder construir el hecho científico, por lo tanto la ciencia. La intensión científica de la historia es la objetividad.

Asimismo, la función del historiador y del filósofo es analizar las historiografias de la psicología, comprenderlas y poder hacer una crítica histórica.

 

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• Historia universal, nacional, regional y local .

 

En el devenir de los pueblos, la Memoria Histórica forma parte esencial de la propia cultura, justo al lado de las tradiciones, usos, costumbres, valores, formas de pensar, conocimientos, técnicas, relaciones sociales e integración al medio. 

Desde la prehistoria, el hombre primitivo encontró la manera de recordar el pasado y transmitirlo, por tradición oral, de una generación a otra; pero en cuanto fueron inventados los medios escritos, surgieron las crónicas, la genealogías, los mitos, las leyendas, las zagas, y los poemas épicos, que cantaron y perpetuaron las hazañas de individuos y de pueblos enteros, desaparecidos físicamente pero, cuyos restos, cualquiera que sea la forma en que ha llegado hasta nuestros días, forman parte insoslayable de nuestro pasado y de nuestro presente. De ahí la importancia de que por sobre la corriente vital que integra la historia individual y grupal ordinaria, se tenga a la sistematización científica y metodológica de aquellos otros hechos relevantes, verdaderos hitos casuales, que forman el entramado de la Historia como ciencia, de ahí también el que en nuestro siglo, además de la Historia Universal y de la Historia Nacional mucho más cerca y vital, conformando lo que ahora se llama "Microhistoria".

Iván Molina Jiménez Investigador Escuela de Historia Universidad de Costa Rica
Correo electrónico: ivanm@cariari.ucr.ac.cr

El conocimiento sistemático del pasado y el análisis científico del presente, pasan a ser fuente de información indispensable para la planeación del futuro inmediato, en constante iteración y corrección con respecto a los avances del conocimiento y la clarificación de las ciencias humanas.  De ahí el hecho de que la Historia ya sea Universal, nacional o local forma parte ineludible de los pueblos.

 

Historia Nacional

La visión oficial de la historia nacional evidenció también una especie de centralismo historiográfico, que por décadas perduró en los historiadores, las instituciones, la investigación y las publicaciones. La negación de la heterogeneidad del país y la gran diversidad con que la historia nacional se había manifestado desde la perspectiva de los espacios provinciales, fueron "caldo de cultivo" para la marginación de los historiadores regionales, sus investigaciones y, aún, sus consideraciones que casi siempre tendieron a manifestar y abordar las características de la evolución histórica de una región o una localidad. Se decía que la historia regional tendía a fragmentar la investigación histórica y, mucho más, el conocimiento histórico nacional, lo que era grave para la "identidad nacional" enarbolada por el Estado o los historiadores oficialistas.

Estos, por lo regular, estaban apegados a la estructura del poder gubernamental y defendieron su postura negando cualquier posibilidad de que las regiones mexicanas tuvieran su propia historia, desligada de los marcos nacionalistas. No hubo batalla, y aún los historiadores regionales tuvieron que contar la historia regional a la luz de los marcos de interpretación nacionales y oficiales, o, simplemente, exaltando héroes, batallas y acontecimientos siempre relacionados con las versiones oficiales de cada periodo histórico .

El centralismo historiográfico perduró en las décadas de los sesentas y setentas, pero hubo aportaciones importantes y destacadas que pusieron en evidencia la existencia de historias locales y regionales que rompían con la visión lineal y homogénea de la historiografía nacional y oficial.

La producción historiográfica nacional se centró en un alto índice porcentual en libros, artículos, fuentes y compilaciones que tenían que ver con la historia regional o local, lo que evidenció la importancia cuantitativa y cualitativa de un tipo de historia que rompió con los cercos del centralismo historiográfico y, mucho más, con las limitaciones que brindaban los enfoques oficialistas y nacionalistas, o aún teóricos, de la historiografía mexicana del siglo XX .

La pluralidad de la historia mexicana se ha respetado gracias a las aportaciones de la historiografía regionalista, por lo que sus perspectivas son halagüeñas, pero siempre y cuando esto conlleve a un replanteamiento indispensable de la historia nacional y para todos los periodos, desde el prehispánico hasta el pasado inmediato.

 

Historia Regional

La historia regional se ha convertido en una de las principales ramas o corrientes de la historiografía mexicana, fundamentalmente, debido a su riqueza en objetos de estudio y la amplia gama de temas que brindan las fuentes existentes en los archivos locales o estatales o, aún, nacionales. El conocimiento no sólo ha sido acumulativo, sino también en la aportación de marcos analíticos, metodológicos y de interpretación que ya han permitido la conformación de un corpus metodológico multidisciplinario que favorece la definición de los por qués, para qués y cómos de la historia regional. El conocimiento historiográfico regional, entonces, ha evolucionado significativamente alcanzando un conocimiento cualitativo que no se puede negar .

La historia regional surgió, en un primer momento, en oposición a un tipo de historia que exaltaba héroes, batallas y acontecimientos de cariz nacional y global, válidos para el común de la sociedad mexicana y para todos los espacios locales y regionales y, por lo regular, impuestos por la interpretación "oficial" del poder del Estado. La independencia, la reforma, el porfiriato, la revolución y la contemporaneidad, como periodos de la evolución histórica del país, se habían convertido en épocas lineales, homogéneas y únicas de la evolución toda de la sociedad y el país entero, negándose las diferenciaciones o el grado de participación de las características o espacios regionales y locales. En mucho, las interpretaciones nacionales y oficiales de la historia sirvieron para la "identidad nacional" que aglutinó el Estado en cada momento de la historia, lo que condujo a la negación o interpretación superficial de los procesos experimentados desde la provincia .

La región, lo micro, surgió como un objeto de estudio cuyo universo analítico era un todo. Es decir, el universo regional representó una totalidad desde la cual emergían las historias que le habían conformado y constituido y donde surgía una identidad sociohistórica que en mucho no coincidía con las versiones nacionales y oficiales, incluso en la conformación de una periodización que respondiera a la forma en que la sociedad se había manifestado en la historia provincial o local. La historia nacional se conformaba, así, por los fragmentos o las partes, siempre disímiles y diferentes entre sí por su conformación y comportamiento sociohistórico .

La historiografía regional se convirtió, en el decenio de los ochenta, en una producción abundante y frecuente de conocimientos y análisis de la evolución de pluralidades y heterogeneidades sociales, tal y como la sociedad mexicana había sido a lo largo de la historia, desde la Colonia hasta el periodo contemporáneo.

Los retos de la historiografía regionalista mexicana ya se vislumbran:

Primero, en torno a la integralidad del conocimiento de la historia nacional y la historia local y regional, tomando en cuenta los estudios locales y regionales, pero también el conjunto de las estructuras en juego, sean de cariz económico, social, político o cultural, incluso, territorial.

Segundo, la historia regional comparada, como elemento aportador de distintas estructuras y aconteceres que se expresaron de manera diferente o semejante, de acuerdo con los movimientos sociales, las relaciones centro-región, la construcción del Estado, el conflicto político, los actores sociales y políticos, la indiscutible estructura económica, pero también los rasgos culturales manifestados en la identidad social, entre localidades, regiones, estados, pero también pueblos y comunidades.

Tercero, la historia regional en sí, fuera de los límites impuestos por las historias municipales y estatales – demarcadas por un criterio jurídico-administrativo-, que revisitaría a las distintas etapas de la historia mexicana a partir de la expresión social e identitaria, fuera de los parámetros jurídico-políticos, y que especializaría, mediante el análisis territorial e histórico, el conjunto de factores de expresión histórica, desde los niveles intrarregionales, macrorregionales, interregionales.

Cuarta, la elaboración de una historia nacional a partir del sustento de su heterogeneidad social, económica, política y cultural en las localidades y regiones, como rasgos de reinterpretación fundamental, pero imparcial en torno al análisis meramente teórico o explicativo en lo político, es decir, tomando como sustento la verdadera expresión regionalista en las distintas etapas de la historia mexicana.

Y quinta, la reconstrucción y conformación de una nueva periodización del proceso histórico de México, considerando las temporalidades, ritmos y continuidades que, indiscutiblemente, le marcaron las experiencias locales y regionales, en las diferentes estructuras identitarias que quedaron marcadas en su expresión .

La producción historiográfica se amplía cada vez más en todo el país. Pese al auge experimentado en la década de los ochentas, esa producción todavía no cubre temas, periodos, regiones, localidades o fuentes que hacen falta para el conocimiento completo de la historia regional del país.

Las perspectivas de la historiografía regional son amplias y ricas, siempre y cuando se liguen a un replanteamiento de la historia mexicana en su conjunto y se rompa con la oposición entre centro y región que, en el caso de México, ha sido un enfrentamiento que ha penetrado también en el campo historiográfico .

Regionalistas, nacionalistas, revisionistas, oficialistas, narrativos o analistas y teóricos tendrán que dirimir las nuevas aportaciones de la historia regional mexicana y, de este modo, mantener viva y vigente la importancia de la regionalidad de la historia que, en el caso de México, ha emergido en contrapartida a la “identidad nacional”, factor de unión pero también factor de disgregación u oposiciones sociopolíticas en todos los periodos y procesos históricos nacionales.

Luis González, Pueblo en vilo, microhistoria de San José de Gracia , México, El Colegio de México, 1968, prólogo; Idem, Nueva invitación a la microhistoria , México, FCE, SEP, 1982, (Colección Sepochentas, 11); José Lameiras, "El ritmo de la historia y la región", en Secuencia , (México, D.F.): núm. 25, enero-abril 1993, p. 111-122; e Ignacio del Río, "De la pertinencia del enfoque regional en la investigación histórica sobre México", en Históricas , (México, D.F.): núm. 27, diciembre de 1989, p. 37-48.

Ver, al respecto, Ricardo Pozas Horcasitas, "De la revolución en las regiones a las regiones en revolución", en La revolución en las regiones , ibid., p. 597-605.

Vease Mark Gilderhus, "Many Mexico's: Tradition and Innovation in the Recent Historiography", in Latin American Research Review, 22: 1, 1987, p. 205-213; Paul Drake, "Mexican Regionalism Reconsidered", en Journal of Inter-American Studies and World Affairs , 12: 3, julio 1970, p. 401-415; Barry Carr, "Recent Regional Studies of the Mexican Revolution", en Latin American Revolution , 15: 1, 1980, p. 3-14; Alma M. García, "Recent Studies in Nineteenth and Early-Twentieth Century Regional Mexican History", en Latin American Research Review , 22: 2, 1987, p. 255-266; Luis González e Hira de Gortari Rabiela, Historia regional , Guadalajara, Jalisco, Programa de Estudios Jaliscienses, Universidad de Guadalajara, 1991; Sergio Ortega Noriega, "Hacia la regionalización de la historia de México", en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México , (México, D.F.): núm. 8, 1980, p. 9-21; Eric Van Young, "Doing Regional History: Methodological and Theoretical Considerations", VII Conference of Mexican and United States Historians , Oaxaca, Octubre 23-26 de 1985; Juan Pedro Viqueira, "Historia regional: tres senderos y un mal camino", en Secuencia , (México, D.F.): núm. 25, enero-abril 1993, p. 123-138; Alan Knight, Interpreting the Mexican Revolution , Austin, Tex., Department of History, University of Texas at Austin, s.f., (paper no. 88-02); y Romana Falcón, "Las regiones en la revolución. Un itinerario historiográfico", en Carlos Martínez Assad (coord.), ibid., p. 61-92.

Ver Enrique Florescano, "La influencia del Estado en la historiografía mexicana", en Siempre , Suplemento la Cultura en México, (México, D.F.): núm. 759, 31 de agosto de 1976, p. IV-XI; Idem, El nuevo pasado ..., op. cit., p. 157, 158; y Pablo Serrano Álvarez, "Por los rincones de la historia nacional de México: la historia regional y su método", en Carlos Barros y Carlos Aguirre Rojas (eds.), Historia a debate, América Latina ,

Santiago de Compostela, España, Historia a Debate, 1993, p. 241.

Cfr. con Enrique Florescano, El nuevo pasado..., op. cit., p. 168, 169. Sobre el concepto de región ver la compilación de Pedro Pérez Herrero, Región e historia en México (1700-1850), métodos de análisis regional , México, Instituto Dr. Mora, UAM, 1991, (antologías universitarias), en especial los artículos de Luis González y Eric van Young.

 

Véase Pablo Serrano Álvarez, “Historiografía regional mexicana. Tendencias y enfoques metodológicos, 1968- 1990” , en Relaciones , (Zamora, Michoacán, México): vol. XVIII, núm. 72, otoño de 1997, p. 54 y s.s.

 

Ver José María Muriá, Centralismo e historia , Guadalajara, Jalisco, El Colegio de

Jalisco, 1993.

Historia Local

La historia local tiene sus antecedentes en las monografías históricas que estuvieron de moda principalmente durante el siglo XIX. El análisis de casos individuales, muy circunscritos geográficamente, se veía como el paso previo e indispensable para efectuar, en un futuro impreciso, la gran síntesis del conocimiento acumulado. Esta última, sin embargo, jamás se realizó, por lo que todo el esfuerzo desplegado (en su mayoría por aficionados, anticuarios y otras figuras de esta índole) deparó únicamente trabajos individuales, descriptivos y sin relación entre sí.

La historia local, vista a la luz de lo expuesto hasta aquí, se presenta como una opción que ha sido reconstruida y reformulada en el marco del desarrollo reciente de la disciplina histórica. Las posibilidades disponibles para practicarla son amplias y variadas, y los enfoques aplicables son también diversos: de la microhistoria a la public history. Sin embargo, también hay peligros, limitaciones y problemas, algunos de los cuales –detectados en varios de los proyectos de historia local.

La ubicación de lo local en lo regional y en lo nacional es fundamental, por otro lado, para apreciar, en el área bajo estudio, el impacto de los procesos de cambio que operan a escala de la región o del país. A este respecto, cabe analizar cómo dichos procesos son experimentados localmente (hasta dónde son acogidos, rechazados o adaptados) y en qué medida influyen en las tendencias de desarrollo propias de la localidad. De nuevo, un estudio de este tipo permite considerar el problema de las especificidades locales en tanto condicionantes que facilitan u obstaculizan esos procesos de cambio.

La contextualización de lo local variará, por supuesto, según la índole del área elegida: si se trata de una calle o de un barrio, es de particular interés considerar aspectos como el grado de desarrollo de la cultura urbana, la coexistencia de varias subculturas dentro de ella, y los patrones residenciales específicos de los grupos sociales. En el caso de comunidades agrarias, es vital considerar los ciclos de cultivo, su mayor o menor aislamiento (en términos económicos y culturales) y las posibilidades de que disponen para expandir la frontera agrícola.

El primer resultado que obtiene el investigador que practica la historia local, en términos de los datos recopilados, es un conjunto de historias individuales y de familia. Esto es así porque, ya sea que se trate de documentos, fotografías o de testimonios orales, la mayoría se refieren a aspectos estrechamente vinculados con las vidas de las personas que conforman la localidad. En este marco, es que se le abre al historiador la posibilidad de elaborar una historia que tenga sentido para la población que habita el área bajo estudio, y el peligro de quedarse en lo puramente anecdótico.

El historiador local siempre debe estar preparado para descartar buena parte de las fuentes que genera y recopila.

La práctica de la historia local generalmente obliga al investigador a considerar el problema de la tradición y lo tradicional. Esta cuestión se debe abordar por lo menos en dos dimensiones: la historicidad de las tradiciones y el papel del poder político en la invención de tradiciones. El primer nivel se refiere a aquellas prácticas sociales que caracterizan diversos aspectos de la vida cotidiana (técnicas agrícolas, patrones de consumo). En este caso, lo esencial consiste en datar, con la mayor precisión posible, el inicio de dichas prácticas y sus eventuales cambios.

En el marco de la historia local, importa considerar a la vez cómo se practican estas "tradiciones inventadas" y que operan a escala nacional, de aquellas otras tradiciones inventadas de naturaleza regional o local. En este sentido, una historia política local probablemente revelaría que, en ciertos casos, los líderes del lugar han adaptado en su propio beneficio dichas tradiciones nacionales, y que en otros, han inventado sus propias tradiciones. Sin duda, resultaría provechoso analizar el origen de ciertas festividades y celebraciones locales y su relación con el poder local y con formas específicas de clientelismo.

Los investigadores de la historia local a veces tienden a invisibilizar la diferenciación social y la cuestión del poder. Esta tendencia es facilitada, en el caso de comunidades muy pequeñas o marginales, por el hecho de que la jerarquía social local es simple y no presenta grandes contrastes. Patronos y empleados pueden vestir y expresarse de manera similar, tener una dieta semejante y habitar en casas parecidas. Las diferencias sociales no han alcanzado aún una dimensión cultural significativa, como sí es el caso de localidades más complejas, en particular en el mundo urbano.

El vínculo entre las jerarquías locales y las existentes en otras localidades y a nivel regional o nacional debe ser considerado igualmente. El examen de tales relaciones es básico para determinar alianzas familiares y políticas que trascienden el ámbito del área analizada. Lo mismo puede aplicarse en términos de organizaciones sociales (como sindicatos, asociaciones, cooperativas) cuyo radio de acción puede superar el espacio delimitado para el estudio. De esta manera, se puede precisar el balance de fuerzas sociales y políticas en que se ubica el desarrollo del lugar escogido.

La clave de la historia local consiste, precisamente, en no conceptuarla aislada ni románticamente. El análisis del barrio o la comunidad agraria tiene sentido en tanto recuperación crítica del pasado del lugar en el marco de la historia de la región y del país. Barrios y comunidades siempre ofrecerán anécdotas y recuerdos para celebrar a los líderes locales, para perpetuar mitos y leyendas y para mirar el pasado únicamente a través del prisma de la nostalgia. El historiador, sin embargo, puede (y debe) cambiar esto: barrios y comunidades son también ventanas desde las cuales se puede estudiar lúcida y críticamente la sociedad.

Los nexos y las diferencias entre lo regional y lo local los podemos considerar, en principio, a partir de cuatro aspectos básicos. En primer lugar, tenemos el problema de la cobertura espacial de los temas de investigación. Por ejemplo, un análisis de los patrones de cultivo (digamos del café) tiene más sentido realizarlo a nivel regional que local, ya que solo en este nivel captaremos las regularidades básicas del proceso y, por supuesto, sus especificidades locales. En contraste un estudio de la vida cotidiana (la de ciertos trabajadores rurales), basado en fuentes orales, tendría una dimensión más bien local, ya que por la naturaleza de la investigación sería difícil realizarla a escala regional.

En segundo lugar, y en relación con lo anterior, tenemos el problema de los métodos de investigación. Aunque tanto a nivel local como regional se pueden combinar estrategias de investigación cuantitativas y cualitativas, parece claro que el empleo de metodologías cuantitativas tiende a estar asociado con estudios regionales, mientras que el uso de métodos cualitativos caracteriza más a las investigaciones locales. A su vez, mientras los estudios regionales tenderían a distinguirse por un enfoque macro, las investigaciones locales se identificarían más bien con un enfoque microanalítico.

En tercer lugar, tenemos el problema de las conexiones mismas entre las dinámicas históricas de cobertura regional y las de cobertura local. Por ejemplo, el noroeste del Valle Central de Costa Rica, a partir de la década de 1830, se caracterizó por una colonización agrícola campesina, proveniente de las áreas del país de más antiguo asentamiento. El patrón de propiedad fundiaria en esta región se distinguía por el predominio de las fincas pequeñas y medianas, que combinaban el cultivo de granos con el pasto, la caña de azúcar y el café.

¿Cuál es el objeto de estudio de la historia regional y de la historia local? La respuesta inmediata sería: la historia regional estudia las regiones, la historia local analiza las localidades. Sin embargo, desde el punto de vista de la historia político-administrativa, también se podría responder: la historia regional examina las provincias o departamentos (o grupos de tales unidades), y la historia local estudia los municipios. Y desde la perspectiva de la historia urbana, se podría afirmar que la historia regional analiza las ciudades principales y sus entornos agrarios, y que la historia local examina las ciudades menores y sus contornos rurales.

Los nexos y las diferencias entre lo regional y lo local los podemos considerar, en principio, a partir de cuatro aspectos básicos. En primer lugar, tenemos el problema de la cobertura espacial de los temas de investigación. Por ejemplo, un análisis de los patrones de cultivo (digamos del café) tiene más sentido realizarlo a nivel regional que local, ya que solo en este nivel captaremos las regularidades básicas del proceso y, por supuesto, sus especificidades locales. En contraste un estudio de la vida cotidiana (la de ciertos trabajadores rurales), basado en fuentes orales, tendría una dimensión más bien local, ya que por la naturaleza de la investigación sería difícil realizarla a escala regional.

En segundo lugar, y en relación con lo anterior, tenemos el problema de los métodos de investigación. Aunque tanto a nivel local como regional se pueden combinar estrategias de investigación cuantitativa y cualitativa, parece claro que el empleo de metodologías cuantitativas tiende a estar asociado con estudios regionales, mientras que el uso de métodos cualitativos caracteriza más a las investigaciones locales. A su vez, mientras los estudios regionales tenderían a distinguirse por un enfoque macro, las investigaciones locales se identificarían más bien con un enfoque microanalítico.

En tercer lugar, tenemos el problema de las conexiones mismas entre las dinámicas históricas de cobertura regional y las de cobertura local. Por ejemplo, el noroeste del Valle Central de Costa Rica, a partir de la década de 1830, se caracterizó por una colonización agrícola campesina, proveniente de las áreas del país de más antiguo asentamiento. El patrón de propiedad fundiaria en esta región se distinguía por el predominio de las fincas pequeñas y medianas, que combinaban el cultivo de granos con el pasto, la caña de azúcar y el café.

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. Historia cultural, económica, política, demográfica, de la vida cotidiana, oral, etc.

Historia cultural

 


"la cultura y la vida cultural han suministrado pautas espirituales, intelectuales y estéticas, a partir de las cuales las colectividades han podido adquirir una identidad y su especificidad propias"

Una condición para la conservación de los recursos naturales es el hecho de mantener los valores culturales y asimismo la cultura para el mantenimiento de estos recursos y esto implica estudios sobre la cultura y su proyección . Mendoza (1995) plantea la importancia que hay al Investigar la historia regional ya que el conocimiento de esta refuerza identidades locales. Realiza una cronología de los distintos movimientos de defensa del medio ambiente, que tienen amplio apoyo popular en la región del Valle de Teotihuacan, Ante la posición de las autoridades de protección los patrones .

La defensa de los recursos naturales es expresión de la defensa de la tierra y de la identidad. Expresada en una pugna real y simbólica contra el Estado, que representa una modernidad no avalada por los campesinos, los cuales ven que el poder trabaja para los sectores pudientes y que se convierte en enemigo natural.

Los estudios antropohistóricos locales necesariamente tienen que ir complementados con una revisión detallada de las experiencias de los estudios de carácter antropológico regional y urbano, lo cual ha constituido una condición para la siguiente pregunta, ¿Es preciso mantener la tradición o modernización de las costumbres?. Y es que se esta expresando el cambio en las tradiciones debido a la cercanía de la ciudad y aquí se impone la lógica de la resistencia cultural.

 

Historia Económica

Las instituciones actuales, la forma en que está organizada nuestra sociedad y los mecanismos por los que adoptamos decisiones económicas de forma individual o colectiva, son el resultado de la evolución de otras instituciones del pasado. La Economía de hoy depende en mayor o menor medida del sendero histórico recorrido por nuestras sociedades.

 

Vida Cotidiana

Es necesario que la vida local se traduzca en una situación de vida grata "en primer lugar tenemos que tratar a nuestras comunidades como entornos globales, no como una serie de entornos parciales, ya que este es el único procedimiento para poder calcular bien los costos y los beneficios de diversa índole que sus cambios entrañan. En segundo lugar, tenemos que crear instrumentos que permitan a los ciudadanos articular sus necesidades y participar de lleno en la tarea de configurar todos los aspectos de la vida local. Tenemos que adoptar un enfoque cultural de desarrollo comunitario" . Que de hecho sucede, aunque muchas veces se expresa de manera no consciente y es importante de que se exprese de manera consciente y esto implica conocimiento de las condiciones ante las cuales se presenta la vida de la comunidad en proyectos de corte productivo.

Es importante destacar que cuando se realizan planes de desarrollo de la comunidad no se consideran los efectos secundarios que el crecimiento económico pueda producir. Así que se hace necesario elaborar métodos de participación e integración, ya que "cada comunidad constituye unos microcosmos únicos, manifestación colectiva de la infinidad de eventos y de actividades que lo componen" . La comunidad se enfrenta ante la acción oficial que inhibe la misma participación, de aquí que sea necesaria la acción cultural y la iniciativa comunitaria , que tendrá que ir "aprendiendo a utilizar sus propias fuerzas intelectuales y morales, el hombre deja de ser objeto de la educación, de la acción cultural, del desarrollo económico, de la propaganda política, del proselitismo religioso, para convertirse en el sujeto de su propio destino" .

En la iniciativa de progreso y desarrollo social es posible la integración de las dimensiones que involucran: un cambio cultural, de capital humano y social que se pueden lograr debido a la articulación de estas potencialidades, correlacionadas con la cultura.

Orientado la constitución de capital social, -concepto esencialmente político- de manera que "si no se produjera una modificación del capital humano y del capital social no podía haber desarrollo, ya que todo desarrollo es desarrollo social", ya que es posible incorporar una estrategia de inducción del desarrollo local integrado y sustentable (DLIS), con tecnología social innovadora que articula el capital social y el capital humano, la cual integra la responsabilidad social del ciudadano y de sus organizaciones y comunidades que a fin de cuentas es responsabilidad política general frente al desarrollo social . Por que "el desarrollo humano por oposición al desarrollo puramente económico), el progreso económico y social esta culturalmente condicionado. Y que la cultura, es un fin deseable en si mismo y da un sentido a nuestra existencia y no solo en la promoción del desarrollo económico, también en la preservación de los valores culturales, la conservación del medio ambiente, la protección de las instituciones civiles de la sociedad, etc.

 

Historia Oral

Señala Friedrich que “la historia y la estructura están determinadas por un complejo de causas y contextos que comprenden el ambiente natural; las relaciones económicas de producción y consumo; la organización de símbolos, que los antropólogos llamamos cultura ; los factores psicológicos de emoción, conocimiento, y carácter, y finalmente, las ideologías más o menos explícitas por medio de las cuales la gente ordena su vida política. Interactuando en un vasto universo de implicaciones y determinaciones científicas.

Es importante valorizar además la antropología lingüística, con una visión amplia de la realidad y valorar el trabajo de campo, así como discernir el campo de un estudio meramente antropológico a uno histórico e independiente . Lo que nos permite integrar elementos culturales que dejamos comúnmente de lado cuando realizamos estudios de la realidad campesina y de transición de sociedades agrarias a urbanas. En las cuales es de gran importancia ubicar el surgimiento de las regiones y las localidades desde una perspectiva histórica.

La historia oral ha cobrado importancia a nivel mundial. Se han realizado innumerables congresos internacionales y regionales. En México en 1988 se realizó el encuentro de historiadores orales de América Latina y España. A partir del VI Congreso Internacional de Historia Oral, se programan innumerables cursos, seminarios, foros, etc., a pesar de esta actividad aún se requiere que se constituya un corpus abundante y significativo de trabajo historiográfico, con base en la construcción de y empleo de fuentes orales; materia prima del historiador oral: que se han clasificado como elementos subjetivos: memoria, recuerdo, testimonio etc. Y esto permite realizar una reconsideración de la historia oral, ya que en los orígenes del saber histórico se emplearon testimonios de viva voz.

Por otra parte la sociología ha desarrollado el uso de la información oral. En los Estados Unidos, en la llamada escuela de Chicago, se desarrolla exitosamente esta alternativa, sin embargo, tuvieron que modificar sus orientaciones hacia perspectivas tecnológicas y cuantitativas.

Otras disciplinas han hecho uso de la historia oral, como la psicología y el psicoanálisis, en relación al inconsciente, en los procesos de comunicación y el papel que cumple el mismo investigador en el proceso de creación de conocimientos, y hay que reconocer la importancia de las técnicas de los literatos, lingüistas y folcloristas, quienes aportaron técnicas de recolección de información oral, procedimiento metodológicos y técnicas de formalización de textos recuperadas . Con estas técnicas se nutrió y rescato la tradición oral popular, antes de la aparición de la grabadora.

La historia oral se conforma gracias al contacto interdisciplinario y nos conduce, también, a seguir en esta encrucijada de caminos y oficios . La historia social se expresa contra la historiografía monumentalista de reyes y jefes del Estado oficial, e intenta darle mayor importancia a los grupos humanos subalternos que estaban ausentes. De manera que “puedan emplearse para el estudio de la dinámica social determinados periodos históricos; para estudiar las condiciones de vida de y las relaciones sociales de ciertos grupos o sectores; para la investigación de una temática particular o para la reconstrucción de acontecimientos sociales de mayor envergadura, cuyos efectos en la sociedad se manifiesten en el corto o largo plazo; también puede emplearse, y así lo ha hecho en su mayor parte, para la construcción de autobiografías y relatos de individuos dentro del enfoque y contextos biográficos” .

Aceves Lozano (1996) propone una guía de lectura para acercar al investigador al conocimiento más exacto de la historia oral, experiencias métodos y técnicas, en que se requiere implementar proyectos, ya que se aprende historia oral practicándola críticamente. En una situación en que el historiador se piensa asimismo como productor de conocimientos de textos culturales de símbolos y de práctica significativas, en la construcción de técnicas y métodos de tradición historiográfica, ya que la historia oral contemporánea tiene un tinte posmoderno, incluyendo la discusión antropológica que reflexiona sobre la condición de la etnografía experimental.

Una técnica muy valiosa es el estudio de la historia de vida, “en rigor es el relato autobiográfico del sujeto entrevistado o informante clave de una investigación y, además el resultado de un trabajo de investigación y análisis por parte del investigador (y también del informante), de aquí que la historia oral se constituye en una importante disciplina para la práxis antropológica y sociohistórica contemporánea.

En el estudio de la comunidad local es necesario que se amplíen en los métodos de estudio la ampliación de los sujetos históricos de la investigación. Enfatizando las relaciones entre los distintos grupos sociales y aún las variadas fuentes: Estado, iglesia partidos políticos, y privilegia el estudio del conflicto social, la historia popular. Se orienta a crear la promoción y el rescate de fuentes nuevas y difundir el conocimiento. Con base en los testimonios orales recogidos. El historiador oral procura que el testimonio no sustituya a la investigación y análisis histórico. Propone una guía de lectura para acercar al investigador al conocimiento más exacto de la historia oral, experiencias, métodos y técnicas. Y pide implementar proyectos. Ya que se aprende historia oral practicándola críticamente.

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1.2. Categorías auxiliares en el estudio de la Historia.

 

La complejidad de los objetivos del conocimiento histórico ha obligado la utilización de otras ciencias:

- Actualmente la entidad de estas ciencias (Economía, Sociología) ha hecho que no se admita la validez del término ciencias auxiliares.

- Las auténticas ciencias auxiliares son las relacionadas con los estadios preliminares del trabajo (Palografía, Numismática, Heráldica...)

- Las ciencias colaboradoras están conectadas con pasos posteriores a la labor investigadora (Geografía, Lingüística, Arqueología...)

Las disciplinas auxiliares de la historia son aquellos campos de estudio que ofrecen fuentes de datos al historiador.

Mediante las distintas disciplinas auxiliares, el historiador analiza los diversos materiales, documentos y reliquias en general, originales de un determinado momento histórico, que se conservan en la actualidad y permiten al estudioso extraer, ordenar y analizar nueva información.

Algunas de estas disciplinas constituyen aplicaciones especializadas de ciencias autónomas por si mismas, como la química, la botánica o la zoología; otras, en cambio, nacen en función de las características de los materiales que el historiador puede analizar.

La arqueología puede considerarse en este sentido disciplina auxiliar de la Historia.

Pueden considerarse varias disciplinas auxiliares:

Arqueología

Definición y evolución del concepto de Arqueología. Historia de las investigaciones arqueológicas. Arqueología y Antropología. Arqueología e Historia.

Diplomática

Representación diplomática del gobierno de un país ante el gobierno de otro país distinto, como un medio de comunicación entre ambos.

Epigrafía

La epigrafía es una ciencia auxiliar de la historia, en la que se estudian las inscripciones hechas en materiales duros (piedras, huesos, metal, madera, etc.). Pretende establecer metodologías para interpretarlas. La finalidad de la epigrafía es el descifrado e interpretación de las inscripciones, a fin y efecto de obtener la mayor cantidad posible de información de las mismas. No estudia las monedas y similares, que son materia de la numismática

Genealogía

La genealogía es el proceso de estudiar y rastrear los pedigríes familiares. Dicho proceso involucra recabar los nombres de parientes tanto vivos como difuntos, y establecer la relación entre ellos y de esta forma construir un árbol genealogico.

Heráldica

La heráldica es la ciencia y arte auxiliar de la Historia que estudia la composición y significado de los escudos de armas o blasones.

Numismática

Parte de la Arqueología que trata del estudio de las monedas y medallas. Esta ciencia puede dar testimonio inestimable de los intercambios y de la economía de los pueblos, así como de su historia política, geográfica, religiosa, etc.

Paleografía

Se da el nombre de paleografía (del griego palaios, antiguo y graphe, escritura) al estudio de la escritura antigua y es la ciencia que tiene por objeto conocer y descifrar los escritos de épocas anteriores a la nuestra. Se divide en: *General, se ocupa de toda clase de manuscritos antiguos. Puede dividirse en: **vulgar o común que sólo trata de leer y descifrar los escritos. **crítica estudia la autenticidad y fecha del escrito atendiendo únicamente a sus elementos gráficos.

Sigilografía

Se llama sigilografía (del latín, sigillum, sello) o esfragística (del griego, sphragis, sello) al estudio sistemático o metódico de los sellos con que se han autorizado documentos oficiales. Sello es toda pieza de metal, de papel o de materia equivalente que lleva estampadas figuras o signos.

 

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1.2.1. Temporalidad. Larga, media y corta duración. Continuidad y cambio, etc.

Temporalidad . La comprensión del pasado se apoya, en gran parte, en el dominio de la noción de tiempo histórico, que es diferente de la noción de tiempo que tenemos en relación con nuestros acontecimientos personales.

El tiempo histórico está relacionado con duraciones, sucesiones y cambios de hechos sociales. El tiempo personal, el que domina primero el niño, es individual. Es la sucesión de hechos significativos de su vida. Tanto el tiempo histórico como el tiempo personal tienen presente, pasado y futuro, y lo que va sucediendo produce cambios y transformaciones en ambos.

Hacer historia es rescatar los acontecimientos del olvido en que por sí solos quedarían, fijándolos a un tiempo reconstruido que los torna inteligibles, pero a la vez la serie en que la historia inserta los acontecimientos no llega a hacerlos transparentes porque ha de apoyarse en la individualidad fugitiva de cada uno, en el venir del uno tras del otro.

 

Otro aspecto de la analogía entre ambas temporalidades, señalado por E. Stein, está en que al modo como las unidades de conciencia son destacadas mediante actos discontinuos con posterioridad a su transcurso, paralelamente los períodos históricos no alcanzan su significación hasta que han sido cumplidos; en otro caso tendríamos una mera colección de hechos, pero no una obra histórica animada por una intención (o por la concurrencia entre varias intenciones de distintos sujetos). “De manera semejante, hay una conciencia del acontecer histórico presente, que está viva en los portadores de este acontecer... Pero su conocimiento histórico no se gana hasta que el acontecer ha pasado” .

UNESCO.1978. Culturas. Cultura y Comunidad Vol. 1.. Francia. p:7

Rivera Espinosa Ramón. Los Estudios Culturales y la Sociología Rural. II Reunión Nacional sobre Sociología Rural. 28 y 29 de Agosto del 2002. UACh. México.

Ver. Mendoza Guillermo. 1995. Los movimientos sociales en el Valle de Teotihuacán 1980-1985 . Tesis de Maestría en Sociología Rural. UACh.

El concepto de hinterland se refiere a las condiciones que se expresan en el entorno de la configuración urbana.

Schafer Paul. 1978. Dimensión cultural del medio ambiente: conciencia y expresión . Culturas. Cultura y Comunidad Vol. 1. UNESCO. Francia. p:37.

Ibid:62

De Varine Higues. 1978. La iniciativa comunitaria y la revolución cultural . En Culturas. Cultura y Comunidad Vol. 1. UNESCO. Francia

Ibid:80

De Franco Augusto. Pobreza y Desarrollo Local . Colección de documentos del Instituto Internacional de Gobernabilidad, Proyecto LAGNIKS (Red y Sistema Latinoamericano de Información y Conocimiento de Gobernabilidad y Desarrollo Humano. Patrocinado por PNUD y el Gobierno Autónomo Catalán.. www.iula.net/noticias/ Pág. 6.

Pérez de Cuellar Javier et al. 1997. Nuestra Diversidad Creativa . Informe de la comisión mundial de cultura y desarrollo. Correo de la UNESCO. México.

“La realidad teórica es un sistema u organización de relaciones entre factores y dimensiones e interdependientes que se implican mutuamente -y por supuesto de relaciones entre relaciones-. Por consiguiente en otro nivel, los fenómenos históricos están determinados de manera total, no en el sentido simple, unicausal ”. Fiedrich, 1991: 394, todo tiene una causa.

Ibid:14

Un pionero fue Allan Nevin quien en 1948 inicia un proyecto de entrevistas orales en la Universidad de Columbia, utilizando magnetófonos para la investigación social e histórica, para realizar biografías de políticos, historias de la radio. Técnica que ha sido desarrollada por los periodistas. Aceves Lozano Jorge A. 1996. Introducción. Historia oral e historias de vida. Algunas consideraciones . En Historia oral e historias de vida. Teoría, método y técnicas. Una bibliografía comentada. México. CIESAS. P:13

Y del interés ; se le da importancia, a los grupos que existieron,y a los que hoy existen. Considerando hasta hechos culturales y simbólicos. Ibid:22.

E. Stein, EP , 251.

Sin embargo, lo que atrae especialmente la atención de Stein es que el tiempo cronológico de que se vale el historiador sólo es posible en el estrato espiritual de la persona, por ser de él de donde brotan las objetividades culturales, cuyo nacimiento y desarrollo son el tema de la Historia , y esto en contraste con el tiempo psíquico de la duración de la conciencia. Por ello, las explicaciones meramente naturales y psicológicas juegan un papel sólo secundario en Historia, corriendo el riesgo de obnubilar su índole específica . Pues sólo a través de las diversas comunidades de pertenencia (como son el pueblo, la nación o el grupo social) a las que el hombre está personalmente incorporado se despliega el curso de la Historia. “Lo que importa al historiador son ante todo las intenciones del espíritu creador (ya sea una personalidad individual o supraindividual), que encuentran mayor o menor cumplimiento en su obra, así como los actos de los que ésta sur­ge. No pretende explicación ( Erklärung ) genética, sino com­prensión ( Verständnis ) genética” .

Así, pues, para E. Stein el a priori de las Ciencias históricas no reside en unas leyes generales inexistentes, ni en los hechos históricos a fuera de contingentes, sino en las configuraciones espirituales procedentes de la persona y que reciben expresión en las obras históricas irrepetibles. A la determinación precisa del lugar, el momento y las circunstancias del caso corresponden la singularidad de las decisiones de los agentes históricos personales. Y a la constancia externa de los testimonios que alega el historiador corresponde el ámbito comunitario en que se inscriben los sucesos históricos.

Las fuentes históricas no son expresión directa de su a priori espiritual, sino que han de ser interpretadas y contrastadas, sin estar en condiciones de proporcionar por sí solas el acceso viviente inmediato a la expresión personal. La realidad histórica singular y las conexiones de sentido total en las que se emplaza están siempre más allá de los testimonios generales y externos, por lo que apenas cabe encontrar una conclusión histórica que sea, por así decir, la última palabra. “Todo lo que está ya interpretado puede experimentar una transformación, nada está fijado definitivamente. Sólo si fuéramos capaces de recorrer el nexo de conjunto de la Historia , estaría también cada hecho singular determinado en su sentido de un modo definitivo. Como no es éste el caso, queda abierta siempre la posibilidad de una ilusión ( Täuschung )” .

Es un modo de acusarse la falta de originariedad de lo histórico antes destacada. Por ello la significación histórica de los acontecimientos tiene en su base una analogía tipificada con la experiencia vivida en presente; asimismo la relevancia histórica de un acontecimiento o de una época la captamos desde la verificación en el presente de unos rasgos históricos generales, tales que en aquellos contextos podríamos haberlos hecho propios los hombres de la generación presente.

La realidad histórica tiene su propia temporalidad y causalidad, no puestas por el intérprete de los acontecimientos: la primera, debida a la dimensión generativa del tiempo humano, y la segunda, como resultado del cruce de las intenciones subjetivas entre sí y con los hechos externos a ellas. Por analogía cabe entender que también los acontecimientos históricos están sometidos a formas de causalidad que escapan a las intenciones de sus autores y a las leyes de sentido que rigen los actos sociales.

Continuidad y Cambio . La historia es cambio constante, sin embargo, se debe mostrar que algunos cambios se dan en forma tan lenta que pareciera que existe una continuidad.

Asimismo, es conveniente que al hablar del cambio se muestre que éste se da de tal forma que en ciertos momentos coexisten elementos antiguos y nuevos. La historia no se desarrolla por estancos que inician y acaban en un momento determinado, sino que es un proceso continuo.

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1.2.3. Espacialidad.

La historia se da en un espacio socialmente construido, es decir en el escenario natural, transformado o inventado por el hombre. No hay hombres ni pueblos que no estén inscritos en un espacio; incluso hay sociedades cuya historia ha sido la lucha por su territorio.

Los mapas, además de servir como medios de ubicación y localización del espacio, son también recursos de investigación y explicación para la Historia. Por ejemplo, a través de la ubicación de los hechos históricos en un espacio geográfico determinado, puede entenderse la influencia del mismo en el desarrollo de la política, la cultura, las ideas, las costumbres, la vida cotidiana, etc., de una sociedad.

“Si los historiadores consideran su tarea la constatación y la explicación de los hechos psicológicos del pasado, entonces no hay ya ciencia de la historia”; E. Stein, PE , 105. En este mismo sentido muestra su discrepancia con el principio psicologista de Dilthey en relación con la fundamentación de las Ciencias del Espíritu.

E. Stein, BBPG , 271.

E. Stein, EP , 255-256.

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RECAPITULACIÓN DE LA UNIDAD I ,

Con intenciones de obtener un conocimiento global de l Estudio de la Historia y su Construcción Científica, además de las Categorías auxiliares en el estudio de la Historia.

 

 
FUENTE: Tomado del Material Impreso de Colegio de Bachilleres México sobre la Materia de Historia de México en el Contexto Universal
 

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 1.2.4. ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO

 

INSTRUCCIONES . Contesta correctamente las siguientes cuestiones.

 

PARA EL ASESOR VIRTUAL

1.- Realizar una consulta documental a través del Internet de los diferentes significados de historia y envíaselo por correo electrónico a tu asesor virtual.

2. Investiga en el Internet los temas: “sujeto histórico” y “objeto de la historia”, y envíalo por correo electrónico al asesor virtual.

3.- Elabora tu autobiografía y envíalo a tu asesor virtual, por correo electrónico.

4.-Elabora un árbol genealógico familiar; investigar las fechas históricas relevantes de su comunidad, presentar álbum de fotografías históricas de la comunidad y enviarlo a tu asesor virtual.

 

CON EL ASESOR PRESENCIAL

1.-Identificar en el aula conjuntamente con el asesor presencial la utilidad de la historia. Participar en la conferencia sobre el oficio de historiar recuperándola en una síntesis.

2.- Bajo la asesoría y supervisión del docente usando diversos materiales, investiga los temas del sujeto histórico y objeto de la historia.

3.- Elaborar de manera creativa un guión para radio (por equipo), que integre los tipos de historia que existen y coméntalo con tu asesor virtual y presencial.

4.- Elaborar una biografía de un personaje destacado, para rescatar los elementos históricos presentes, describiendo los elementos teórico-metodológicos utilizados.

5.- Realizar una investigación bibliográfica sobre la fundación de una ciudad.

6.- Participa en el aula sobre el tema de problemática cotidiana.

7.- Aplicar los pasos del método interdisciplinario a un acontecimiento histórico familiar y donde lo refleja.

8.- Elaborar el esquema solicitado, a partir de los cortometrajes “Mochila al hombro” y “la ruta del sabor”.

9.- Elaborar un ensayo breve que describa la relación existente entre las categorías propias de la historia y las actividades realizadas durante la unidad.

 

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